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Si el último día hablamos del estado de fluir, en qué consistía o que condiciones tenían que cumplir las tareas para facilitarlo, hoy nos ocuparemos de la práctica. Nos centraremos en qué podemos hacer y qué estrategias o ideas podemos aplicar para favorecer el flujo en nuestro día a día.
Antes de esto expondré brevemente unos conceptos que son nucleares dentro de la teoría de Csikszentmihalyi.
En la anterior entrega nos referimos al estado que denominamos estado de flujo en la conciencia.
Pero ¿qué entendemos por conciencia en esta teoría?
Sin animo de intentar dar una definición definitiva ni excesivamente rigurosa de un concepto tan complejo diremos que, para esta teoría, la conciencia serán todos los procesos que tienen lugar en la mente después de prestar atención a cualquier cantidad de información. Es decir, un sistema informativo que puede diferenciar estímulos , centrarse en ellos, almacenar y recuperar la información de un modo utilizable. Así, desde la perspectiva del flujo diremos que la conciencia está compuesta de tres subsistemas.
Por un lado la atención, que capta la información. El conocimiento, que interpreta toda esta información recibida y por último la memoria, que se dedicaría a almacenarla. Como podéis imaginar es la atención el concepto que más nos va a importar.
La atención como energía.
La atención tiene una característica que todos conocemos y que hace que nuestro manejo de ella, el uso que se le dé, sea fundamental. La atención es limitada.
Cuando atendemos a una conversación, escribimos o escuchamos una canción en la radio empleamos una parte de nuestra atención que perdemos para otros fines. Teniendo esto en cuenta y que es la atención quien posibilita que los hechos se produzcan en la conciencia nos será útil entender la atención como energía, como energía psíquica. De esta forma, cuando nos distraemos, cuando no somos capaces de centrar nuestra atención en aquello que queremos, estaremos perdiendo energía.
¿En qué centramos nuestra atención?¿ qué queremos?
Si la conciencia posibilita la adquisición de control sobre lo que sentimos, pensamos, lo que captamos… el reconocimiento de nuestra propia conciencia estaría muy cerca de ser lo que acostumbramos a llamar Yo, representando todos los procesos conscientes del individuo.
En este punto, la teoría del flujo establece tres metas para el yo. Por un lado tenemos un conjunto de metas genéticas, de alguna forma basadas en el placer y que nos garantizan la supervivencia. De otra parte un conjunto de metas culturales, desarrolladas por la integración de las personas en un sistema social, podríamos decir, aunque no siempre, que basadas en el poder. Y por último un tercer grupo de metas, que son en las que nos centraremos, la motivación autotélica, aquella que responde a los propios intereses de la persona más allá del placer, el poder y la participación. La que nos permite experimentar nuevas oportunidades y experiencias, desarrollando nuestro yo.
Entropía y negentropía psíquica.
Si el Yo tiene unas metas la conciencia, es decir, la atención, el conocimiento y la memoria intentarán reproducir aquellos estados que concuerden con el yo y erradicar los que amenacen o se opongan a sus metas.
Cuando hay un conflicto entre las metas del Yo y el estado de la conciencia se provocará un estado de malestar que Csikszentmihalyi representa como entrópico, desordenado. Este estado que identificamos como ansiedad, apatía, miedo, confusión o cualquier otro, perjudica la situación de nuestra conciencia, pero también nos hace ser menos eficientes en nuestros procesos.
La atención se dirige a toda esta información quedándonos sin esta energía para centrarla en lo que queremos. Este proceso se da en los dos sentidos, cuando prestamos atención a algo que entra en conflicto con nuestro Yo aumentamos esta entropía.
Del mismo modo cuando nuestra conciencia y por tanto nuestra atención están alineados con las metas del Yo se produce orden en esta conciencia, y esta es la condición que denominamos negentropía psíquica o como la estamos llamando flujo. Cuando centramos nuestra atención a aquello coherente con nuestro Yo estaremos de algún modo aumentando este orden.
Si queremos fluir más tendremos que saber a que nos dedicamos.
Cuando mediante el método de muestreo de experiencias se estudió durante un largo periodo a un gran número de personas los investigadores obtuvieron unos datos que nos pueden dar una idea de a que solemos dedicar nuestro tiempo.
En general las personas dedican un tercio de su tiempo en actividades productivas, digamos que a trabajar. Un tercio del tiempo a actividades de mantenimiento, hacer la compra, limpiar la casa. Y un tercio del tiempo al ocio. Por otro lado, y quizá con más relevancia para lo que estamos tratando encontraron que las personas dedican un tercio del tiempo a actividades que se consideraban obligados a realizar (motivación extrínseca), un tercio a actividades que realizaban porque querían (motivación intrínseca) y un tercio del tiempo a actividades que realizaban porque no tenían nada mejor que hacer.
Estos datos y otros contenidos en sus estudios guardan algunas interpretaciones significativas.
Las personas dedicamos un tercio de nuestro tiempo a actividades sin más motivo que el no tener una elección mas favorable y estas actividades generan más malestar que las que realizamos de alguna forma obligados y por supuesto que las que elegimos realizar. Eliminar este tipo de actividades será un objetivo importante si queremos aumentar nuestro bienestar, además, no son por su mismo origen actividades que motiven el fluir.
Dentro de las actividades de ocio dedicamos menos tiempo al ocio activo y elegido que al ocio pasivo, sin embargo, se reporta mayor bienestar y una mayor presencia de estados de flujo en el ocio activo. Resulta paradójico que utilicemos más tiempo a actividades que nos reportan menos satisfacción que a las que nos ayudan más. Aunque tiene sus explicaciones, la energía que necesitamos para iniciar estas actividades y que no siempre estamos en disposición de dar puede ser una de ellas.
También resulta paradójica otra conclusión que se extrae del estudio, por un lado las personas reportan más estados de flujo en actividades productivas que en actividades de ocio, esto puede resultar razonable dado que en ocasiones el entorno de trabajo cumple muchas de las condiciones necesarias para promover el flujo. Lo que resulta contradictorio es que las personas que anuncian experimentar flujo en el trabajo, al mismo tiempo que describen de forma positiva y enriquecedora su tarea, anuncian que preferirían estar haciendo otra cosa.
Fluir en el ocio.
Para fluir en el ocio un primer paso que podemos dar es disponer las actividades diarias de tal forma que resulten gratificantes. Los hábitos y las presiones sociales hacen que a veces no sepamos con que disfrutamos. Llevar un diario o simplemente escribir nuestras experiencias diarias, dedicar un tiempo a reflexionar o ponernos unas alarmas para intentar captar que hacemos cada día, que nos gusta y que no, pueden ser buenas estrategias. Estructurar nuestro tiempo, prestar atención a nuestros ritmos de vida, cuando tenemos más o menos vitalidad y las centrarnos en las actividades que realizamos también nos será de ayuda.
Sabemos que en los primeros pasos a realizar en muchas tareas el esfuerzo que supone centrar nuestra atención requiere de una energía de activación. Hay que tenerlo en cuenta y contar con esta dificultad.
Hay algunos tipos de actividades que por sus características ayudan al estado de flujo, juegos, el uso de instrumentos musicales, deportes. Conocer estas propiedades nos ayudará a elegir tareas donde fluir sea más sencillo. En cualquier caso tener curiosidad y aprender nuevas cosas resultara importante en esta tarea.
Para centrar nuestra atención en lo que estamos realizando podemos dar una serie de pasos muy generales que habrá que adaptar a cada situación pero que como pequeña guía puede ser útil para muchas actividades:
- Establecer una meta general y tantas submetas como sea posible dentro de la tarea.
- Encontrar maneras de medir el progreso desde el punto de vista de las metas elegidas.
- Concentrarnos en lo que hacemos y realizar distinciones cada vez más precisas de los desafíos involucrados en la actividad.
- Desarrollar las actividades necesarias para interactuar con las oportunidades disponibles.
- Por último elevar el nivel de la actividad si nos aburre.
Debemos preocuparnos, aunque no resulte fácil, por transferir la energía psíquica de las tareas que no nos gustan hacer a tareas que no hayamos realizado antes a cosas que nos gusten e intentar desarrollar el habito de hacer lo que vayamos a hacer con una atención concentrada. La meditación, el mindfulness, ejercicio y un sinfín de aprendizajes pueden ayudarnos.
Fluir en el trabajo
Uno de los principales impedimentos que encuentran las personas para fluir en el trabajo es la falta de variedad y desafió que encuentran. Prestar una detallada atencion a cada paso que damos, preguntarnos si es necesario, para qué, si se puede hacer de otra forma o si podemos mejorar como hacerlo, nos ayudara a enriquecer y beneficiar nuestro trabajo.
Dedicar a nuestra trabajo toda la atención posible, no aceptar pasivamente las situaciones y experimentar nuevas maneras de realizarlo nos ayudara también. En cualquier caso intentar no realizar las cosas con el menor esfuerzo posible sino centrar en ellas nuestra atención hará que disfrutemos más de nuestra labor y seguramente nos procurará más éxitos.
Otro de los problemas que solemos encontrar en nuestro entorno laborar para fluir es el estrés. Una de las consecuencias de la presión a la que estamos sometidos es el tener que cambiar constantemente nuestro foco de atención de una tarea a otra sin control.
Establecer prioridades, partir las tareas en partes simples, delegar cuando sea necesario nos ayudaran. Por otro lado hay muchos métodos de productividad personal que también nos pueden ayudar. El objetivo en cualquier caso y sea cual sea el método utilizado será intentar concentrar nuestra atención, nuestra energía, en la tarea que estemos realizando. Estos métodos tendrán que estar enfocados , de la manera más simple y rápida posible, a poder generar orden en las demandas que sufrimos organizando nuestras tareas y obligaciones para permitir centrarnos en el reto que estemos acometiendo.
Kike Sif says
Hola Alfonso y equpo.
He seguido todos vuestros podcast y los he escuchado con atención. Encuentro los temas muy interesantes y el guión de los podcast muy dinámico y pedagógico. Enhorabuena y ánimo para seguir adelante con este proyecto. Saludos.
Alfonso Caballero says
Muchas gracias por seguirnos y por tu comentario Kike, nos anima mucho saber que estáis al otro lado.
Nos esforzaremos por seguir trabajando en unos contenidos que os gusten y sobre todo que os puedan ser útiles.
Un saludo