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Dentro de la psicología positiva las fortalezas ocupan un lugar destacado como parte importante de lo que se ha dado en llamar personalidad positiva. Saber cuales son nuestras fortalezas, como usarlas y el cambio de paradigma que supone frente a otras clasificaciones de las virtudes humanas es el propósito de este artículo.

• El camino hacia las fortalezas:

Si la psicología positiva se encarga de estudiar el funcionamiento optimo del ser humano en todas sus facetas, no cabe duda de que tiene que estudiar cuales son las virtudes, los rasgos o las capacidades que hacen que las personas desarrollen su verdadero potencial.

Esto debieron de pensar Martín Seligman y Christopher Peterson cuando se embarcaron en un proyecto que desembocó en su clasificación de fortaleza y virtudes humanas. Para lograrlo rebuscaron en las distintas culturas, religiones y formas de pensar aquellas características consideradas mas valiosas.

Pero tenían que cumplir ciertos requisitos para ser consideradas como fortalezas: ser valoradas por la mayor parte de las culturas por si mismas, no como medio, funcionar como un rasgo personal, es decir tener cierta estabilidad en el tiempo, ser maleables, distintivas, ser inculcadas como algo positivo por la sociedad…

Este trabajo quedo plasmado en veinticuatro fortalezas, agrupadas en seis bloques. La clasificación de fortalezas VIA (values in action).

• Pero, ¿esto es nuevo?

Pues si lo miramos únicamente como una tabla de rasgos, siendo mejor o peor que otras, no parece especialmente novedoso. Sin embargo es la forma de aplicar esta clasificación, y la idea que subyace a su elaboración la que nos puede resultar distinta y espero que más provechosa.

Mientras que otras aproximaciones a este tipo de taxonomía buscan que las personas analicen sus virtudes y carencias con el objetivo de mejorar aquellas en  las que tengan peor desarrollo, la psicología positiva propone lo contrario.

La psicología positiva nos anima a poner en practica, utilizar e incluir en nuestro día a día todas aquellas fortalezas que hallamos desarrollado de forma natural. Nos anima a utilizar nuestros recursos y características personales siempre que sea posible. Todas las fortalezas de esta clasificación son positivas por si mismas y no tenemos porque corregir aquellas en las que menos destaquemos.

De esta forma evitamos la frustración de no conseguir compensar nuestros debilidades o no poder desarrollar aquellas habilidades que nos son mas extrañas . Además, nuestro esfuerzo por crecer y ser mejores será más eficiente (pensemos en la diferencia entre el trabajo necesario para eliminar una debilidad o limitación y el que tenemos que emplear para desarrollar nuestras características más naturales). Añadido a esto, nos podemos encontrar con la sorpresa de que, precisamente desarrollando estas fortalezas, otras que son menos destacadas pueden tener la oportunidad de desarrollarse.

• Como conocer nuestras fortalezas:

Sin duda alguna el primer paso para aplicar esta idea es saber cuales son nuestras fortalezas. Observarnos a nosotros mismos y  las cualidades que demostramos en los momentos significativos de nuestra vida, será un buen método, ayudandos también a conocernos mejor .

Además, el hecho de que la investigación de las fortalezas siga desarrollándose juega a nuestro favor y podemos encontrar en la red el cuestionario VIA de fortalezas personales tanto en español como en ingles. (Es necesario registrarse para acceder a los cuestionarios, pero se hace de una forma muy sencilla y colaboramos con nuestros resultados a la investigación).

Una vez detectadas nuestras fortalezas y realizada la reflexión sobre cuando han estado presentes en nuestra vida, será muy útil intentar utilizarlas de forma novedosa y en otras circunstancias distintas de las habituales.Así conseguiremos dar lo mejor de nosotros mismos en más situaciones y creceremos como personas. .

• Para que hacer todo esto:

Cuando utilizamos las fortalezas y las desarrollamos, estamos utilizando nuestras mejores características, realizando actividades que nos gustan, sintiéndonos vivos y comprometidos con lo que hacemos. Esto nos lleva a tener más experiencias optimas y a sentirnos mas felices. Además este uso de las fortalezas puede ayudarnos a prevenir emociones negativas, como la depresión o el sentimiento de fracaso, fortaleciéndonos ante los problemas cotidianos.

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