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Hoy hablaremos de fluir, el estado de flujo o «flow». Un estado en el cual dejamos de ser conscientes de la tarea que realizamos o del paso del tiempo, concentrándonos absolutamente en el proceso en el que estamos inmersos y perdiendo mientras la conciencia de nosotros mismo.
El fluir se incorpora en la psicología positiva como un elemento fundamental. Es la base junto con las fortalezas de uno de los tipos de felicidad considerados en esta nueva visión de la psicología, la buena vida (good life). Felicidad que se basa en hacer aquello en lo que somos buenos, en lo que tenemos talento y en potenciar y aumentar estos estados de flujo.
¿De dónde surge el concepto de fluir?
El estudio del estado de flujo en la conciencia nació de forma académica. Durante el curso de su investigación doctoral, Mihaly Csikszentmihalyi, autor de esta teoría, estudió a una serie de artistas y su proceso de trabajo. Los artistas trabajaban diariamente un gran número de horas con intensa concentración, disfrutaban con su trabajo y lo consideraban extremadamente importante. Sin embargo, tras acabar la obra se olvidaban de ella, del esfuerzo y tiempo volcado, para comenzar con la siguiente.
Este estado de absoluta concentración, independiente de las recompensas externas y que parecía conllevar satisfacción a quienes lo realizaban llamo la atencion de este investigador, que comenzó a ocuparse de él. El estudio de este concepto no es nada fácil, dado que se trata de una experiencia absolutamente personal y sin correlatos externos. Con el tiempo Csikszentmihalyi desarrolló un proceso experimental que le permitiría caracterizar el flow y conocer cómo, con que frecuencia y bajo que circunstancias se presenta en la vida de las personas, el Método de Muestreo de Experiencias (MME).
Este método constaba de un dispositivo electrónico que avisaba, de forma aleatoria, a los voluntarios de la investigación para que rellenaran un formulario. Con este formulario se intentaba conocer que hacían las personas en el momento de la interrupción, cuál era su nivel de concentración, de consciencia, su estado de animo,cuáles eran los desafíos y características de su actividad y un largo etcétera. Con el paso de los años el método se fue mejorando y afinando, obteniendose un gran número de datos. Esto nos permite en la actualidad tener una idea de cuales son las principales características del flujo y de las actividades en las que las personas permanecen en este estado.
¿Cuáles son estas características?
Características de las tareas:
Si hablamos de las actividades en las cuales podemos fluir lo primero que tenemos que tener en cuenta es que tienen que ser realizables. Esto puede resultar evidente, pero nunca está de más resaltarlo. Al mismo tiempo tienen que ser tareas desafiantes.
Han de ser tareas que nos permitan concentrarnos, que permitan que nuestra atención se centre sólo en un tipo de información entrante.
Tienen que ser tareas que permitan una retroalimentación constante e inmediata, y que impliquen unas metas claras, lo que facilita la obtención de este feedback.
Es muy importante que se de un equilibrio entre las demandas de la tarea y las capacidades de quien las realiza. Una tarea muy desafiante para la que no estamos preparados podría generarnos ansiedad. Por otro lado una tarea muy poco desafiante para las capacidades de la persona tenderá a generar aburrimiento.
Características del estado:
Dos características muy representativas de este estado son destacadas por las personas que entran en flujo de forma habitual.Por un lado, la alteración del sentido del tiempo, un segundo parece durar horas o las horas parecen durar segundos, según la tarea que se esté realizando.
Por otro lado, durante el fluir se da un proceso de perdida o disolución del ego, la distinción entre el yo y la actividad desaparece y la concentración se vuelve más y más profunda.
Cuando una persona entra en flujo está centrada en el presente, es lo único que importa. Se olvida de las metas y sólo se centra en la calidad de la experiencia. Al mismo tiempo se experimenta una fuerte sensación de control.
¿Cuáles son las consecuencias?
Las personas que experimentan el estado de flujo de forma habitual reportan mayores niveles de bienestar subjetivo, se sienten más felices en su día a día. No obstante hay que aclarar que fluir no es un estado de felicidad. La disolución del ego, la perdida de conciencia personal durante el proceso, impide que sintamos esa felicidad, a pesar de que tras este estado el ego se sienta fortalecido.
Por último tenemos que ser conscientes de algunas puntualizaciones. La primera es que fluir es un estado de conciencia, natural como todos los demás, el conceptualizarlo como flujo responde a un intento de la psicología por estudiarlo. La segunda es que el fluir es un estado que no se puede forzar a nuestro antojo, es decir, no podemos decidir cuando entrar en flujo o cuando no. Podremos eso sí facilitar las cosas para conseguirlo. Y por último que no es un estado en el que podamos mantenernos de forma continuada.
Guillermo says
Hola buenas! Ves algun peligro en el estado de flujo? Quiero decir, es solo una experiencia de pura atención sin conciencia, sin conciencia no tenemos control de nosotros mismos, puede pasar cualquier cosa. O a caso me equivoco y si se es conciente mientras se hace? Por cierto, tu le llamas ego al falso yo (la mascara) o le llamas ego al yo conciente? Saludos 😀